El documento Conclusivo de la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe, celebrada en 2007 en Aparecida, Brasil, expresa que “es una contradicción dolorosa que el Continente de mayor número de católicos sea también el de mayor inequidad social “. Entre los elementos que configuran esta desigualdad está la situación de las mujeres y por eso denuncia: “la situación precaria que impacta la dignidad de muchas mujeres, que son sometidas a múltiples formas de violencia dentro y fuera de casa: trata, violación, esclavitud y asedio sexual; desigualdades en la esfera del trabajo, de la política y de la economía; explotación publicitaria por parte de muchos medios de comunicación social que se las tratan como objeto de ganancias.
Los datos que permiten afirmar la desigualdad en el Continente llamado de la esperanza son escalofriantes: más de doscientos millones de personas viviendo por debajo de la línea de la pobreza, lo cual implica sobrevivir con menos de dos dólares diarios. Esta situación contrasta con la escandalosa acumulación de riqueza por sectores minoritarios en nuestros países.
En el presente documento de trabajo avanzaremos en primer lugar acercándonos a la situación de desigualdad entre hombres y mujeres. En un segundo momento dirigiremos nuestra mirada a los datos de nuestra fe que nos permitan emitir un juicio sobre esta realidad. Para ello nos referiremos a la Sagrada Escritura, deteniéndonos en el mensaje de Jesús. Luego revisaremos algunas posiciones del Magisterio Pontificio y Latinoamericano y Caribeño sobre el tema y en un tercer momento ofreceremos elementos para la acción de las Caritas -Pastorales Sociales en orden a llevar adelante un trabajo, en que, a partir de la acción de la Iglesia se pueda revertir esta situación contraria a la dignidad de la persona humana, sea del hombre o de la mujer.
